Rachel toma siempre el tren de las 8.04 h.
Cada mañana lo mismo: el mismo paisaje, las mismas
casas… y la misma parada en la señal roja. Son solo unos segundos, pero le
permiten observar a una pareja desayunando tranquilamente en su terraza.
Siente que los conoce y se inventa unos nombres
para ellos: Jess y Jason. Su vida es perfecta, no como la suya. Pero un día ve
algo. Sucede muy deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan
felices como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece?
Tú no la
conoces. Ella a ti, sí.
Antes que nada, diré que no tenía ni idea de este
libro. Cuando leí la sinopsis me intrigó bastante ya que no me decía nada. No
tenía ni expectativas de que se avecinaba.
Al principio me pareció tedioso ya que no había
nada de diálogos, solo detalles. La historia está narrada en tres puntos de
vista diferentes, la primera es de Rachel, la segunda de Anna y la tercera de
Megan.
Me confundía un poco, puesto que saltaba de un
capitulo a otro con un punto de vista diferente. Hasta que un momento quería
dejarlo, pero se me hizo imposible, ya que todo empezó a darse a conocer.
No les quiero decir nada con este libro porque
quiero que lo lean, es genial, quizás al comienzo no les atrape, o con sólo
leer el primer capítulo quieran dejarlo, por lo tedioso que es. Para mí fue una
lectura algo pesada pero no tanto.
El final. En el nombre del Ángel, el final fue lo
que no me esperaba, como muchos lectores han dicho tras terminar la lectura.
Les diré que se quedaran impresionados con ese final.
Espero leer más libros de esta autora, porque me
ha encantado en su totalidad.
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