Todos aquellos a los que Celaena Sardothien ama han
sido apartados de su lado. Pero al fin ha vuelto al imperio, por venganza, a
rescatar a una vez glorioso reino, y para hacerle frente a las sombras de su
pasado.
Ella va a luchar por su primo, un guerrero dispuesto a
morir solo por verla de nuevo. Va a luchar por su amigo, un joven atrapado en
una abominable prisión. Y va a luchar por su pueblo, esclavizado por un Rey
brutal y esperando el regreso triunfal de su reina perdida.
El viaje épico de Cealena a capturado corazones y la
imaginación de millones a través del mundo. En este cuarto volumen sostendrá
absorto a los lectores en como la historia de Cealena se va construyendo en un
apasionante, agonizante crescendo que solo podría terminar destruyendo su
mundo.
Cuando acabe de leer Heir of Fire no quería esperar
más para leer el siguiente libro. No recuerdo las veces que he tratado de
terminar esta lectura, digamos que no podía ya que nada era como antes. Luego
de leer y escuchar críticas me sentía algo escéptica al respecto del rumbo que
tomo esta maravillosa historia.
En esta cuarta entrega de la saga Throne of Glass, Aelin Ashryver Galathynius, anteriormente
conocida como la asesina Celaena
Sardothien, regresa a Adarlan decidida a enfrentarse a los demonios
que están extendiéndose por el Reino con el fin de liberar la maga y rescatar
al príncipe Dorian. Con la ayuda de su primo Aedion, su fiel guerrero Feérico;
Rowan e inesperados aliados como la cortesana Lyssandra, se enfrentarán tanto a
las criaturas infernales invocadas por el Rey Como a los demonios de su propio
pasado, encarnados en quien fuera en cruel mentor, el Rey de los Asesinos,
Arobynn.
Como dije anteriormente me he tomado unos días para
digerir la lectura y asegurarme de que mi opinión no está condicionada por las
expectativas que pudieran tener sobre el libro, pero lo cierto es que cuanto
más me esforzaba por valorar objetivamente Queen
of Shadows más ganas me daban de
bajarle aún más la nota. ¿Pero qué has hecho, Sarah J. Maas? ¿Cómo has podido
arruinar de esta manera una saga que te estaba quedando tan bien?
Lo primero que he de destacar sobre este libro es que
es largo y, lo peor es, que se hace largo. No soy de las personas que les temen
a esos tochos si para mi entre más grosor tenga en libro mejor, pero en mi
opinión, si alguien pretende que dediquemos tiempo de nuestra vida a leer nada
menos que 656 páginas, debe de tratar de que estás sean memorables y que la
complejidad del argumento, calidad literaria o alguna otra razón de peso
justifiquen semejante longitud.
En Queen of Shadows nos encontramos con que la historia pudo haberse
contado en pocas páginas a lo mucho y no solo no habría perdido calidad, sino
que habría ganado muchísimo en agilidad argumental, acción y capacidad para
retener la atención del lector. Es triste pero dos tercios del libro no aportan
nada más que una excusa para construir el final, que podría quizá jugar con
mayor benevolencia si fuera un final épico… pero francamente no es lo que
parece.
En cuanto a los personajes, no son las sombras de lo
que eran antes y creo que este fue un factor por el cual el libro no gusto
mucho como los anteriores. Comencemos por Aelin,
sigue siendo una guerrera impacable, dispuesta a llevarse a quien sea por
delante con tal de conseguir sus propósitos, pero en esta entrega parece que
Celaena no solo se cambió de nombres, sino que ha sufrido una mutación genética
que la ha transformado totalmente en otra persona. Se nos repite hasta la
saciedad lo maravillosa que es, TODOS los hombres la persiguen babeando como
una botella de agua en el desierto y todas las mujeres quieren ser sus amigas,
y no entiendo por qué. Se comporta de una manera mimada, prepotente,
egocéntrica, histérica y manipuladora, pero todos le ríen las gracias, le
perdonan sus berrinches y se pelean por besar el suelo que pisa. Celaena me
encantaba. Pero a Aelin no la soporto.
Luego tenemos a Rowan, ese guerreo fae que nos enamoró
en Heirh of Fire, ahora se encuentra en la lista de decepciones.
Lo que hacía especial a Rowan era, aparte de su impotencia u otras lindezas,
esa aparente inmunidad a los encantos de Celaena/Aelin y su capacidad para
hacerle frente sin reparos cuando se estaba comportando de manera irracional,
pero en Queen of Shadows Rowan pierde todas las características que le hacían
un personaje especial, distante y misterioso para convertirse en uno más de los
perros falderos de Aelin. Imperdonable.
Entre otros esta Chaol, el querido capitán de la
guardia sufre más que nadie el despiadado baile de cuchillas de la autora que,
presumiblemente para hacer que Rowan nos resulte más atractivo y su romance con
Aelin más real, no solo desdibuja por completo el persona, sino que lo deja
absolutamente irreconocible cosa que pone mucho esfuerzo en quitar importancia
a la relación que mantuvo con Celaena. Lo que durante un par de libros fue amor
verdadero ahora es solo recuerdo de un error, un capricho pasajero sin
importancia.
Hay más factores que no beneficiaron a este libro y
uno de ellos es que esta cuarta entrega trae 90 capítulos. Son cortos y en su
mayoría insustanciales que van alternando entre el punto de vista de un
personaje a otro para, justo cuando empiezas a meterte en la historia, pasar a
otro capítulo con otro punto de vista. Resulta bastante frustrante.
En conclusión, este libro a pesar de haberlo esperado
bastante no valio la pena, quizás me emocione un poco en la batalla del
castillo, que es al final del libro, de ahí lo demás me dejo confundida,
aburrida y con una resaca horrible. Sarah J. Maas pudo mejorar, pero por alguna
razón nos destrozó todo, solo espero que el siguiente libro sea mejor que este.
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